
Con estos antecedentes, entiendo que muchos hombres no comprendan mi falta de pasión y decreciente deseo hacia mi esposa. Pero he de decir en mi defensa, y los que lleven años con la misma pareja me comprenderán mejor, que 5 años de casados y dos de novios, con sexo claro, lo acaban volviendo todo monótono, rutinario y desapasionado. Como comprenderán no siempre ha sido así, y hemos disfrutado de momentos de apasionado, desenfrenado e intenso sexo. Eso no quita que la ame como el primer día.
MAICA. La esposa:
Debo de reconocer que las miradas de deseo, piropos y otro tipo de comentarios que recibo de los hombres cada día me complacen más cada vez. El desinterés que desde hace un tiempo muestra Victor por mi, no solo me hace dudar de mi estatus de esposa, sino de mi condición de mujer, que, porque no reconocerlo, mujer atractiva y deseable que siempre me he considerado. Mis 34 tacos, y la falta de pasión y deseo de mi esposo, muchas veces me hacen dudar de que mantenga el atractivo que tenía cuando era más joven, pero por suerte, o desgracia, hay otros muchos hombres que me hacen tener presente, a diario, que hay multitud de hombres que me desean lujuriosamente y que se volverían locos por disfrutarme y hacerme disfrutar en la cama, como antaño lo hacía mi marido.
He de confesar, que situaciones que antes me molestaban, como por ejemplo las miradas y comentarios lujuriosos que me dedican muchos
hombres me empiezan a gustar. Siempre he sido una mujer que me han mirado y admirado, y aunque confieso que me gusta que me miren con deseo, a veces tanto babeo, comentarios lascivos e intentos de ligarme a mi alrededor me agobiaban un poco, pero esa sensación de agobiova desapareciendo para ir dejando paso a una sensación de complacencia. Algo que de alguna manera me preocupa, es que los restregones y manoseos que tantas veces me han querido dar en las aglomeraciones del metro, cuando voy o vuelvo de trabajar y que apartaba de mi a codazos, ahora tengo la tentación de ser más generosa y permitir más contacto físico, como si echara de menos una parte de virilidad en mi vida.
Esa sensación de mujer "necesitada" que estoy teniendo, provocada por la actitud de mi marido hacia mi, no quita que siga queriendo a mi esposo como el primer día, y siga enamorada hasta las trancas de él.
FIN DEL CAPITULO I
una pareja realmente interesante y una esposa realmente deseada
ResponderEliminaros felicito desde barcelona españa